jueves, 18 de febrero de 2010

Pared de Santillana, Sur Clásica: 14-02-2010

¡Qué gran día San Valentín del 2010! San Calentín para algunos san palizón para otros pero, espero, gran día para todos.
La jornada comenzó bien temprano, nos recogimos unos a otros y nos encontramos en la puerta de la pedriza a las nueve de la mañana. Queríamos hacer escalada clásica y nos habíamos planteado ir a La Cabrera, al pajarito, pero nuestro amigo Jorge propuso hacer la sur clásica de la Pared de Santillana, nos describió la vía, miramos en San Google (San Googlín para algunos, jejeje) descripciones y comentarios de otra gente y nos decidimos a hacerla.
El pateo hasta la base de la Pared de Santillana es largo y duro pero también bonito y disfrutón como la vida misma. Se puede tardar mas o menos tres horitas y aconsejamos que vayáis con alguien que lo conozca porque puede ser fácil perderse. Al llegar allí te encuentras con una mole de granito de 120m de altura que te da la bienvenida con dos enormes grietas en diagonal a la izquierda que dan paso a unos 90m de pared rugosa y setas de todas las formas y tamaños… Es una pared especial que recomendamos a todos los recién iniciados en la escalada clásica. Es facilona, el tramo inicial, sobre todo “el pasito” de la primera grieta puede ser de V+, el resto es un V o V- y es todo un quitamiedos.
Éramos cinco e hicimos dos cordadas. Una primera cordada de tres estaba compuesta por Jorge, de primero, y por Andrea y Richard de segundos. Para Andrea éste fue su primer contacto con la roca y no hay foto que describa su cara de satisfacción en la cima. ¡Enhorabuena Andrea! Lo hiciste genial y esperamos verte en muchas mas escaladas alucinantes como esta. La segunda cordada éramos Krisp y yo (permitidme que ahora hable en primera persona) y yo llevaba la idea de hacerla de primero pues hacía mucho tiempo que quería enfrentarme a mi primera gran pared en clásica.
Pedí a la primera cordada que no dejaran nada de material, tan solo dos friends en los pasos clave de la grieta inicial “porsiaca” porque ya se sabe que “Mas vale un porsiaca que cien penseques” (Excursionista anónimo, Circo de Gredos, Octubre de 2009). Metí mas cacharros (3 o 4 friends) y creo que voy cogiendo soltura al hacerlo y, sobre todo, confianza y seguridad. Me costó un poco “el pasito, tuve que pararme y decirme a mi mismo que era muy fácil y que en deportiva había hecho cosas mucho más difíciles y lanzarme otra vez a sacarlo. Salió ese paso, salió el siguiente y de repente me vi en una pared vertical llena de setas que hacían la progresión fácil y divertida, muchos bailes de pared, bastantes pie-manos y sobre todo mucho, mucho patio.
El primer largo son 60m (hay gente que hace una reunión al final de la grieta, nosotros llegamos hasta la repisa de en medio) y para montar la reunión en la repisa hay una chapa y dos setas estupendas.
El segundo largo me resultó especialmente intenso, no físicamente sino psicológicamente, pongamos que fueran 55m en los que solo tuve oportunidad de poner cuatro seguros. Haciendo un análisis de la situación mientras escribo estas líneas recuerdo que el primer seguro lo puse a pocos metros de la reunión (y me dijo Krisp en la cima que pocos metros después de haberlo superado se soltó el lazo de esa seta) el segundo seguro lo puse a unos seis metros del anterior y el tercero a unos 8 o 10 metros del segundo. La intensidad a la que me refiero la puso el cuarto seguro, me explico. Seguía subiendo y a unos 8 o 10 metros del tercer seguro decidí intentar poner el cuarto en una seta que era mas o menos válida solo que al ponerlo y empezar a subir se soltó, lo cogí al vuelo y decidí que ese no era buen sitio para dudar y había que seguir subiendo. Unos cuantos metros mas arriba encontré otra seta molona pero no hubo manera, no tenía suficiente rebaba y el lazo no se quedaba, sin dudarlo seguí subiendo y subiendo de seta mala en seta mala hasta que, de repente, se me ocurrió mirar hacia abajo para tantear el peligro de una potencial caída. Al no ver la tercera cinta que yo había puesto me dí cuenta de que una caída desde ahí era mortal de necesidad. ¿Cuánto habría? ¿20 o 25 metros? ¡Joder! ¿Y por qué no había una seta que me dejara poner bien un lazo? ¡Mierda! ¡Joder! ¡Joder! ¿Ahora que hago?
La intensidad de la que hablaba la pusieron esos 10 segundos de pánico, el mirar hacia abajo y ver claro el camino hacia la muerte pero sobre todo el mirar hacía arriba y tener claro cual era el camino hacia la vida…
Divisé un cuerno salvador a unos cuatro o cinco metros de donde yo estaba pero la pared, y mi instinto de supervivencia, me obligaron a desplazarme lateralmente en busca de mejores agarres. Nunca un pie-mano me había dado la vuelta al corazón pero éste fue de infarto, un paso más, dos, tres, cuatro… y por fin me cogí de tan ansiado cuerno de roca ¡Que rico! Magnífico, rugoso, con rebaba. Excelente para mi cuarto seguro… Respiré hondo, elegí bien el anillo a utilizar, lo puse con cuidado, lo ajusté bien con una gaza para que fuera imposible que se saliera al seguir subiendo y por fín puse mi cinta y me chapé. ¡Que alivio, que seguridad y que sensación de vida en aquel momento y ahora mientras lo recuerdo!
Desde ese punto y con tan buen agarre en mis manos conseguí asomarme y divisar el anterior anclaje. Puede que hubiera mas de 30m hasta él. Al asomarme me vieron los compañeros de la primera cordada y me sacaron una foto en vertical hacia abajo y entre las setas. Seguí subiendo y no paré hasta llegar a la reunión, los últimos 10 o 15 metros fueron sencillos, tranquilos, bailarines, disfrutones y seguros. Coger la Daisy, chaparme, sonreír y chillar:
¡REUNIÓN!
Vuelvo a ponerme en la piel de todo el grupo. The Mountain Weekends Mad Team lo formábamos en aquel momento y como ya he dicho antes Jorge, Richard, Andrea, Krisp y Juan. Recogimos todo el material, vimos al helicóptero de la CAM dando vueltas por allí, a nuestra altura o menos, disfrutamos de unas vistas espectaculares de la parte alta de la pedriza, todo nevado… ¡Era tan bonito! Pero se nos echaba el tiempo encima. Eran alrededor de las cinco de la tarde y sabíamos que nos quedaban dos o 3 horas de luz como mucho y éramos conscientes de lo que nos quedaba por andar. La bajada no fue fácil ya que era cara norte y había bastante nieve. Recogimos el material abajo, deprisa y corriendo y nos lanzamos a andar. Juan metió mucha prisa, a veces se pone muy pesado pero ciertamente la última media hora la hicimos totalmente a oscuras aunque ya por camino bien conocido. Al llegar al parking estábamos tan cansados que ni nos paramos a tomar la típica cerveza, decidimos ir a un sitio mas tranquilo a Manzanares así que nos montamos en el coche y, doce horas después de haber entrado, salimos de La Pedriza.
Jornada memorable para TMWMT
Pd: tenemos que subir unas cuantas fotos...

1 comentario:

  1. Quiero aclarar varias cosas ya que mi relato puede parecer emocionante y ciertamente lo fue para mí pero cometí un montón de errores y aunque ya me había dado cuenta de muchos de ellos puede que no hubiera aprendido nada si no me hubieran abierto un poquito los ojos. ¡Gracias Krisp!

    Quiero empezar con el error mas grande y el más peligroso que es el de dejarse llevar por el orgullo y por el ego y no hacer caso a la experiencia, experiencia cuya vida dependía más de mi técnica que de la suya. Me explico: Krisp, quien me inició en la escalada y quien me ha enseñado casi todo lo que sé respecto a la escalada, me preguntó varias veces si estaba seguro de lo que estaba haciendo, me preguntó si sabría montar bien la reunión y si estaba seguro de poder asegurarla, también me dijo que si quería que le diéramos un repaso mental a lo que había que hacer y le contesté claramente que estaba completamente seguro de lo que estaba haciendo, contestación que claramente vino del ego de Juanito y que es quien suele convertirle en un tío orgulloso, impulsivo y temerario. ¡Mal! No solo mal, ¡muy mal!. Por varias razones, la primera es porque no sabía ciertamente qué me iba a encontrar y con un minuto de callar y escuchar hubiera bastado para aprender de su experiencia y hacerlo bien. No hace falta decir que la reunión que monté fue una puta mierda, que era insegura y que por ello puse en peligro, innecesariamente, nuestras vidas. Pero la cosa empeora cuando mi ego niega la evidencia a 60m de altura e impone su voluntad por la fuerza no dejando a Krisp que reorganice la reunión de acuerdo a las normas básicas de seguridad… La cosa empeora aún más cuando comienzo el segundo largo puesto que me vuelvo a dejar llevar por mi ego que me indica que el camino es vertical en vez de oír a la experiencia de Krisp que me decía que había que ir por las setas de la derecha. ¿Por qué no la hice caso si sabía que ella conocía perfectamente esta vía? Tiene razón al decirme, y lo agradezco de verás, que me he dejado llevar por mi ego mas de lo debido. Esta elección temeraria me podía haber costado la vida y a ella también y todos lo habéis podido leer hace en este artículo, 30 metros entre cinta y cinta son mortales de necesidad…

    Para terminar, la última cagada del día, llegar a la reunión, sonreír orgulloso de mi mismo y pedir a Jorge, el más experimentado de los que había arriba, confirmación con la mirada. Fue él el que chilló reunión y no yo y esto confundió muchísimo a Krisp que no sabía lo que estaba pasando…

    Errores mas pequeños que se hayan en el relato:

    1.- La sur clásica de la pared de Santillana no es una gran vía o Big Wall, es una gran vía por lo bonito y lo fácil.
    2.- Dejaron unos cuantos friends no en los pasos difíciles sino porque teníamos que compartirlos las dos cordadas. Puede que fuera también mi ego quien escribió el relato el otro día.

    Con todo esto solo me queda decir que me gusta equivocarme si aprendo de mis errores y que me gustaría que los cinco allí presentes nos reuniéramos pronto para hablar de todo esto. Como dije al principio, probablemente si no me hubieras dicho todo esto, Krisp, yo solo me hubiera quedado con que debería mejorar la forma en la que monto las reuniones y no con todo lo demás. Me depuro y me limpio y me preparo internamente para ser mas estable en la siguiente escalada. Me doy cuenta de que ésta no ha sido la única gran cagada que he cometido últimamente por culpa de mi orgullo y me propongo intentar domar a mi ego. Intentaré no escucharle aunque le oiga y no dejaré que vuelva a tomar el control de la situación.

    ¡Gracias Krisp, eres una gran maestra!

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