sábado, 27 de abril de 2013

Cuba: diario de viaje

Del 22 de marzo al 06 de abril de 2013 me fui de viaje con unos amigos a Cuba sin haber mirado ni planificado nada, totalmente a ciegas, ya que delegué toda la organización del viaje a Gema y a Belén estando seguro de que lo harían fenomenal. Ha sido un gran viaje en el que hemos conocido a muy buena gente y hemos disfrutado muchísimo además de haber aprendido a bucear, hicimos cuatro inmersiones, un bautizo en Bahía Cochinos, una inmersión en Playa Ancón muy cerca de Trinidad y un doble buceo en el Cayo Santa María. También hemos hecho esnorquel, navegado en un catamarán, algo de espeleología, dado grandes y bonitos paseos y saboreado y disfrutado la gastronomía de la isla... 
Tras haber transcrito el diario solamente hay una cosa de la que me arrepiento de éste viaje y es no haberme hecho una foto con cada una de esas maravillosas personas que hemos conocido, aunque recuerdo claramente los rostros y las sonrisas de casi todos, casi un mes después me cuesta recordar los nombres de algunos de ellos. Ésto es algo que me guardo para el siguiente viaje, no dejar de hacer o hacerme una foto con la gente que conozca y que se porte bien conmigo, gente como Martha, Agustín y Rubén de Casa Martha en La Habana, Noemí, Agustín de CubaCar, Yaneris y Yudán de Viñales, Nelly y su marido Daniel de Casa Eneida en Playa Larga, Gonzalez y Alina del Hostal "Alex" en Playa Boca, Marcos "El Guajiro" de Media Legua y su familia, Igor y el otro monitor de buceo en Playa Ancón, "el Pollo" y el otro monitor de buceo en el Cayo Santa María, Yebriel de Cayo Coco, el chico que nos prestó su tarjeta para llamar por teléfono, Adis y María, las camareras y también el músico, Ernesto, que tocó para nosotros la mañana de su cumpleaños con su banda de "La Güira", Mandiel ("Mandy"), quien nos guió y nos acompañó hasta que pudimos solucionar el problema que teníamos con la ampliación del coche de alquiler, y Olga y Zunilda, quienes nos hospedaron la última noche. Sé que me dejo gente y me entristece pero a la vez es agradable saber que puedes cruzar el atlántico o ir a cualquier parte del mundo y siempre habrá gente buena dispuesta a ayudarte y a mantener una buena conversación. 

Os dejo un pequeño listado de casas en las que hemos estado y de las que tenemos tarjetas:

Casa Martha
Lealtad 308, entre Neptuno y San Miguel, Centro de la Habana.
cp: 10200
(he perdido ésta tarjeta pero la he encontrado aquí)

Casa Yaneris y Yudán
Calle: 9na, 2da y 4ta, #4, Rpto La Colchonería, Viñales, Pinar del Río, Cuba
cp: 22400
(048) 696823 y 793180

Hostal "Alex" 
Los dueños son González y Alina
Calle G # 20
c/ Ave del Mar y Avenida del Sol. Playa Boca. Trinidad. Sanctí Spiritus. Cuba
cp: 62600
(0141) 993606 y 58255729

Casa "Eneida"
La dueña es Eneida Bello Bermúdez, "Nelly"
Calle 1ra Nro 203 (Localidad Caletón)
Playa Larga, Ciénaga Zapata, Matanzas, Cuba
cp: 43000
tel: 53478792

Casa de la Dra Odalys Sardiñas Cores
Nos atendió su hermana Olga y su vecina Zunilda que tiene otra casa
Calle 206, nº 13110
E/131 y 133
Playa, Matanzas. Cuba
(53)53984929 y (53)(45)262283

Si vas a viajar a cuba merece la pena ir de casa en casa, planifica tu viaje y busca casas particulares... Puedes hacerlo en páginas como ésta o preguntando por allí.

Cuba: diario de viaje (día 15)

-- 6 de abril de 2013 --
(Escribe Gema)

Último día!! Nos despertó el panadero que decía que tenía pan suave. Nos preparamos tranquilamente porque Zuni nos dijo que el desayuno estaría a las 8:15. Le dimos una piña para que la pelase para el desayuno. Nos puso pan, café y nos hizo un revuelto porque ella y Olga pensaron que era poca comida. Qué majas! 

Después del desayuno tuvimos una charla muy agradable y nos dijeron que era mentira eso de que los cubanos no podían entrar en Varadero (que eso sería cuando Batista) y que ellos pagaban también 2 CUC por peaje. Les dimos unos bolis y cuadernos para sus nietos y el bote de champú que tenía el tapón roto. Pagamos y nos fuimos, hicimos una pequeña parada junto al mar porque Raúl se encontró al hacer la maleta que en una concha que había cogido el día anterior había un cangrejo. ¡Pobre! Así que paramos a devolverlo al mar.
Tardamos poco en llegar a La Habana. Nos orientamos bien con los mapas que teníamos y llegamos a Casa Martha desde el Malecón. Allí estaba Agustín y nos preguntó por el viaje. Nos dio la ropa y tras saludar también a Rubén nos fuimos. 

Había un mercadito en la misma calle Lealtad y nos paramos a comprar frijoles negros. A ver que tal nos salen en Madrid. 

Por último nos quedaba entregar el coche en Miramar, en la 5ª con 84, sorprendentemente lo encontramos bastante bien, sin tener que preguntar mucho. Entregamos el coche sin problema a la hora estipulada y luego Vladimir nos acercó al Hotel Comodoro porque le preguntamos por la playa más cercana y nos recomendaron dejar las maletas en el hotel y luego estar por allí, que había tiendas y restaurantes. No hacía mucho día de playa. 

Conseguimos dejar las cosas en el hotel y el maletero nos pidió la voluntad. Luego buscamos un sitio para comer; él mismo nos dijo un par de sitios y terminamos “en familia”. Ese restaurante era muy raro. No tenían carta pero podías comer comida china, italiana o barbacoa y dentro tenía una dulcería y una heladería. 

Comimos muy bien, un par de pollos barbacoa y brochetas de cerdo y pollo. También un plato de arroz frito. Todo muy rico y con una camarera muy simpática, Yasbel se llamaba. 
Al terminar nos fuimos al hotel, al baño, y nos sentamos un rato en los sillones. Juan se quedó dormido, luego quisimos ir a ver tiendas, pero pasamos por la playa y allí nos quedamos un rato viendo romper las olas que saltaban por encima del Malecón. Mientras veíamos el mar pedimos unos cafés y allí estuvimos un rato. Luego fuimos a mirar tiendas y como aun nos sobraba tiempo nos tomamos una cervecita en una terraza muy moderna. 

A las 17.15 fuimos a por las maletas y cogimos un taxi en la misma puerta del hotel, por 20 CUC nos llevaba al aeropuerto. Hablamos un poco con el taxista de política y de que él para vivir mejor se metió en un taxi a trabajar. Antes era director de electrónica, pero ganaba muy poco. 

Hicimos la facturación y a Gema se la hizo su YO cubano, otra Gema Miguel!! Increíble! Luego pagamos la tasa de 25 CUC para salir de Cuba y después a pasar el control de inmigración, un rollo. Ya dentro y como no había nada que hacer nos tomamos las últimas cristal y los últimos mojitos. 

Nuestro avión, que debía salir a las 21.00, se retrasó hasta las 22.30, bueno pues otro mojito para Juan y Raúl. Vaya tajada pillaron… otra vez... 

Y ya estamos a punto de aterrizar en Madrid.
Ahora solo queda recoger las maletas, que esté el coche de Juan donde lo dejamos aparcado y llegar a casa. Espero que no se hayan muerto muchas plantas. 

Ha sido un viaje genial, irrepetible… o quizá no… Cuba seguirá estando allí y ojalá podamos volver algún día. Desde luego esta isla no termina en los resorts ni en La Habana.

Cuba: diario de viaje (día 14)

-- 5 de abril de 2013 --
(Escribe Gema) 

La última noche en esta maravillosa isla. Hoy hemos quedado temprano para desayunar, a las 7.30 que es muy pronto, pero también nos acostamos muy pronto. Hemos sido los primeros. Al terminar hemos visto que no había casi nubes y que ya hacía calor. Hemos visto muchos peces en el agua desde la terraza del restaurante El Farallón y hemos ido a por pan para darles de comer. Se han tirado todos a por la comida, ¡qué fieras! 

Luego los chicos han pensado en ir a hacer snorkel. Juan se ha llevado pan en una botella para darles de comer cerca, pero no ha funcionado muy bien. 
Acaban de volver, hemos quedado en el jacuzzi para que se quiten la sal. Ahora a cambiarnos de ropa y a salir en dirección a Santa Clara a ver la estatua del Che y a solucionar lo del coche. 
Llegamos a Santa Clara sin mucha complicación. Pero una vez allí tuvimos que preguntar varias veces. Primero subimos al lomo del Capiro donde había dos banderas, la nacional y la del 26 de julio y un monumento por la toma de la ciudad. Como pensábamos que ahí estaría el monumento al Che nos fuimos y seguimos buscando.
Llegamos a la primera rotonda donde nos desviamos por primera vez y cogimos otra salida. No lo teníamos muy claro y preguntamos. Estábamos en una carretera de circunvalación y debíamos seguir por ella. Después de preguntar otras tantas veces, por fin vimos a lo lejos la estatua del Che. Es enorme, impresiona y en un mural a su derecha se transcribe la carta que le mandó a Fidel Castro cuando abandonó Cuba para seguir con la Revolución fuera de la isla. 
Detrás de la estatua está el museo donde descansan sus restos y hay otra sala museo que cuenta los fragmentos más importantes de su vida. Allí no se puede entrar ni con cámaras ni con bolsos o mochilas, así que entramos de dos en dos para no volver al coche a dejar las cosas, ni a una señora que te las cuida si quieres. 

Bueno, antes de subir a ver la estatua pasamos por Cubacar, estábamos bien de tiempo, pero “esto es Cuba” Fue fácil encontrarlo, también nos indicó alguien que nos pidió dinero y parecía bastante pobre, algo que nos sorprendió. 

Llegamos y estaba abierto, nos atendieron muy amablemente y pudimos alquilar el coche otro día más. Al salir otros dos hombres mayores nos pidieron para comer. Había más cosas por ver en Santa Clara, como el tren blindado o los murales, pero la ciudad nos empezó a dar mal rollo y nos fuimos de allí. Definitivamente los pueblos y costas de Cuba son lo mejor, las ciudades grandes son muy agobiantes. 

Fuimos en dirección a Playa Coral por la autopista, ya habría alguna gasolinera para comer… y así mismo fue. Lo que no nos esperábamos es que estuviera en la mediana y el desvío estaba a la izquierda. Menos mal que Juan lo vio a tiempo. Había un rapidito y pedimos pizzas y bocadillo, pero de rapidito poco… tardamos casi una hora en comer. 

El camino a Playa Coral fue bastante rollo y fuimos medio dormidos. Además no estaba bien indicado y cogimos una salida con unas carreteras bastante malas. Hasta que llegamos a la carretera que une La Habana con Matanzas y Varadero. Matanzas parece una ciudad más bonita y arreglada, pero no nos detuvimos y fuimos a buscar Playa Coral. Preguntamos a un chico que cómo se iba y nos preguntó si le llevábamos, pues que nos indique dentro del coche! Nos dijo como llegar y que él se bajaba antes. Nos dijo que lo mejor era quedarse en una casa PARTICULAL. 

Bueno, una vez allí llovía bastantes y preguntamos disponibilidad en el campismo hasta que vimos cómo era el bungalow… estaba hecho polvo y no teníamos sacos de dormir. Había dos literas muy viejas y con unos colchones todavía más viejos y con mucha guarrería. Total que nos fuimos a buscar una casa particular. 

La primera en la que preguntamos estaba completa, pero nos dijo que iba a llamar a una vecina. Al momento llegó Olga y nos llevó a la casa de su hermana que estaba de misiones en Ruanda, era médico. Como solo tenía una habitación llamó a Zunilda, que tenía otra en la casa de al lado. Estaban bastante bien y nos quedamos por 20 CUC con desayuno. 

Una vez metimos las mochilas nos fuimos a tomar algo y cenar. Anduvimos un poco hasta encontrar una terracita en frente de un supermercado. Había cubanos comiendo, buena señal. Nos pedimos 4 cristal y luego unas pizzas que estaban buenísimas. Después a la habitación y a dormir, que había sido un día muy largo.

Cuba: diario de viaje (día 13)

-- 4 de abril de 2013 --
(Escribe Gema)

Quedamos entre las 8.30 – 9.00 para desayunar y fuimos bastante puntuales. El desayuno del hotel está muy bien, pero llegamos tarde para el horario guiri y nos quedamos sin bacon. Volvieron a rellenar el hueco de los huevos revueltos y un guiri con el plato todavía lleno de salchichas se tiró corriendo en plancha, pero Juan fue más rápido. Hay que ser gumia! 

Al terminar bajamos a la playa. Era temprano y Juan y Gema se fueron a dar un paseo hasta el final de la playa y Raúl y Belén se quedaron en las tumbonas con el ánimo de tomar el sol y bucear un poco. 
(¡Un culo!)
(Si, bañarme en pelotas me encanta y procuro hacerlo cada vez que puedo)

Al volver Juan y yo nos metimos en el agua y Raúl nos dijo que se veían muchos peces y que era una zona muy chula para bucear. Así que fuimos a por las gafas y nos fuimos hacia la zona de las rocas. Había muchos peces grandes. Al rato Gema salió y Raúl y Juan se fueron hacia la playita que estaba al lado de la marina. Consiguieron ver y fotografiar una raya manta pequeña. 
Habíamos quedado a las 13.30 con los chicos del submarinismo así que decidimos ir un rato al jacuzzi para quitarnos la sal y estar allí en plan relax. Lo del jacuzzi es un inventazo... ¡Que gustito!

Antes de las 13.30 bajamos a la marina, no había llegado el barco aún. Nos tomamos algo y al rato vino Pollo y nos dijo que sí podíamos ir, que había mucha visibilidad. Así que nos dieron los chalecos, neoprenos y aletas y nos fuimos para el barco. 

Antes de lanzarnos, Pollo nos volvió a contar lo de las señales debajo del agua y poco después ya estábamos con los cacharros puestos y tirándonos al agua. 
(¿A que se parece al del Milagro de Petinto? jejeje)

Otra vez a bucear, unos 6-8 metros bajo el mar viendo unos fondos marinos impresionantes y una gran variedad de peces de todos los tamaños y colores. Dimos una gran vuelta cuando de repente el instructor se empezó a acercar a unas grandes rocas y le seguimos hasta allí. Yo pensé que quería enseñarnos algún pez que vivía por allí, pero no. Empezó a adentrarse entre un laberinto de rocas y nos dio un paseo entre aquellos bloques hasta meternos en una especie de cueva de la que salimos por un agujero. Qué divertido! La verdad es que a todos nos encantó. 

Al terminar volvimos de nuevo al barco para hacer un pequeño descanso y cambiar las botellas. Como había muchas olas la cosa fue rápida para no marearnos demasiado. Así que a por la segunda inmersión. Esta fue más tranquila, pero igual de bonita. Gema y Juan lo pasaron un poquito peor porque tenían un poco de frío. Esta vez vimos dos barracudas, una de ellas la vimos todos y era enorme. Además se quedó un rato mirándonos y lanzó un par de mordiscos al agua. Acto seguido se movió en dirección a Raúl y Juan. Raúl luego nos contó que él estaba grabando un video y solo pensaba: ¡que viene! ¡que viene! Pero solo paso cerca y luego se alejó. 
(Con éstas fotos hubo un problema, Raúl no se dio cuenta de que la funda de la cámara estaba empañada... Hizo un montón de fotos, incluso grabó un vídeo de la barracuda... Pero no se ve nada. Una pena )

Volvimos al barco y todos super contentos con la experiencia. 65 CUC que valieron mucho la pena. Llegamos al puerto sobre las 17.00 y nos pedimos algo de beber y sacamos los bocadillos que nos sobraron de la noche anterior. Luego nos dimos una ducha calentita e hicimos tiempo para ir a cenar. 
La cena estuvo correcta, como decía la guía. Juan y Raúl la terminaron con un mojito y a dormir. Otro gran día que terminaba.