Este es el relato de otra ascensión relámpago de TMWMT (The Mountain Weekends Mad Team).
Una vez más salimos huyendo a todo trapo de Madrid en cuanto pudimos escaparnos del trabajo rumbo a Huesca, más concretamente hacía Benasque, al camping de Senarta. Nuestro objetivo: ascender el Aneto (3.404m) por su arista sur (PD+).
Llegamos a Benasque a la hora de cenar y nos comimos un buen plato de pasta en una pizzería junto a la carretera principal. Poco después subimos con el coche hasta la barrera que cortaba el paso a la pista forestal, aparcamos por allí donde pudimos y nos echamos a dormir.
Nos levantamos bien temprano, desayunamos, nos pusimos las botas y un macuto extremadamente pesado ya que llevábamos comida, crampones y piolet para el hielo y cuerdas y material de escalada para la arista, y echamos a andar. Eran las 6 de la mañana.
Cometimos el error de no coger el autobús y andamos durante unas cuantas horas por el valle de Vallibierna. El día estaba totalmente despejado y hacía calor y miramos con envidia como varios autobuses llenos de montañeros nos adelantaban mientras nosotros manteníamos un monótono "ritmo Everest" para poder aguantar la larga caminata que sabíamos que nos esperaba.
Pasamos junto al refugio de Coronas sin detenernos y seguimos por el GR 11 hacia el final del valle. A medio día más o menos llegamos al Ibón de Llosas (a unos 2500m) y nos dimos un pequeño descanso.
A eso de las tres de la tarde llegamos al comienzo de la Arista sur. El cansancio era evidente pero las ganas de alcanzar la cima eran más fuertes. Nos pusimos el arnés y dejamos las cuerda muy a mano en cada macuto por si nos hacía falta y nos pusimos a trepar.
El camino por la cresta era más o menos evidente pues hay hitos cada poco tiempo. La ascensión no entraña demasiada dificultad aunque sí que hay algún paso bastante expuesto en el que un resbalón puede resultar fatal. Nosotros solo tiramos de la cuerda en uno de esos pasos en vez de ir en ensamble o avanzando a largos. Puede que fuéramos algo imprudentes y la culpa es Juan que no quiso atarse aunque Ricardo se lo pidió varias veces...
Por fín coronamos la arista y desde ese pico vimos la cima del Aneto, vacía, serían casi las 6 de la tarde y no quedaba nadie allí. Descendimos un poco y acometimos la última trepada, fácil en comparación con los alrededor de trescientos metros que acabábamos de ascender, y por fín, después de unas nueve horas andando y casi tres escalando en libre por una arista de 300 metros, el sábado nueve de Julio de 2011 Ricardo y Juan (TMWMT) pisaron por primera vez la cima de los Pirineos. A 3.404 metros sobre el nivel del mar, junto a la gran cruz y a la Virgen del Pilar, allí estábamos, en la cima del Aneto.
En la famosa Cruz del Aneto podemos leer:
"Protege Domine Per Signum Plerem Tuam Sanctae Crucis"
En ella, además de esa inscripción, hay pegatinas, hay pintadas, y hay banderas y banderolas que representan a mucha gente que antes que nosotros llegaron hasta aquí. Nos preguntamos ¿Quién trajo hasta aquí esta cruz? También nos hicimos la foto de rigor.
Hacía viento y frío, eran las 6 de la tarde y se acercaba una tormenta, rápidamente nos metimos en el paso de Mahoma para bajar de la cima hacia el collado de coronas con la intención de hacer un vivac en algún lugar en la zona de los Ibones de Coronas.
Por fin, de camino al collado de coronas, pisamos el glaciar y nos tuvimos que poner los crampones y hacer uso del piolet. El descenso fue divertido pero la nieve estaba "rara", no era agradable andar por allí y el ritmo era, aún en bajada, bastante lento.
Nos acomodamos y cuando nos disponíamos a cenar nos vimos sorprendidos por un pequeño riachuelo que quería entrar en nuestro vivac. Salimos corriendo de los sacos y nos pusimos a cavar una zanja para desviar el riachuelo y justo cuando acabamos apareció una tormenta en el valle así que preparamos un hueco debajo de uno de los peñascos que formaban nuestro vivac. Minutos después de terminar de proteger con cuatro piedras y un chubasquero ese hueco empezó a granizar y a llover, todo a la vez, y nos vimos en mitad de la tormenta.
¡Que agobio! Aguantamos unas cuantas horas apretados en aquel agujero infernal en el que el agua entraba por todas partes y formaba charcos bajo nuestros pies hasta que dejó de llover momento en el que volvimos a salir a rastras de ese agujero.
Por la mañana nos costó desperezarnos y del camino de vuelta solo se puede decir que fué muy bonito pero también muy largo, cansado y doloroso. Después de varias horas caminando, de ver los ibones y la cabaña de Coronas, de descender hasta la pista volvimos a prescindir del autobús y andamos esos 9 km de pista hasta llegar por fin al coche. Nos comimos una gran hamburguesa y para culminar un gran fin de semana nos tragamos, humildemente, un gran viaje de vuelta hasta Madrid sabiendo que en dos fines de semana volveremos a Pirineos.
Enhorabuena, Juan y Gema, por el blog . Un buen recurso para los que quieran escalar estos sitios por primera vez. Muy bien explicado. Tambien para los que lo hayan hecho ya y quieran contrastar experiencias.
ResponderEliminarMuy buena idea Muchachos.
Me ecantan las fotos, por cierto.
Nos vemos
Bueno, el Blog tiene ya tiempo, vamos a intentar que resurja un poco de las cenizas porque estaba bastante muerto, la verdad.
ResponderEliminarGracias Pedro!