lunes, 17 de mayo de 2010

Espolón Manolín (V+, 210m).

Pico de la miel. La cabrera.
Hay jornadas de escalada que son maravillosas...Ésta lo fue.
No se puede decir que madrugáramos mucho ya que llegamos alrededor de la una al parking del Cancho del Águila y a eso de la una y media a pié de vía. Había dos cordadas por delante nuestro pero lo suficientemente lejos como para empezar así que, sin dilación, ordenamos y colocamos todo el material y para arriba.
El primer largo (40m, III / IV-) es muy sencillo, hay que trepar a una roca para encarar una gran grieta/diedro ya que la entrada directa la tapa un arbusto. Se asciende y hacemos una travesía hacía la derecha hasta unos bloques y poco más arriba está la primera reunión. Este largo se protege bien con Friends y Fisureros medianos en la grieta/diedro y quizá con algún lazo en los bloques aunque también entra perfectamente casi cualquier “cacharro”.
El segundo largo (35m, III / IV-) sube por una fisura que también se protege bastante bien. Tuve un buen subidón de adrenalina justo cuando acababa esta grieta, me costó encontrar la manera cómoda de pasar de la grieta a un pasito de adherencia que había antes de la reunión. En realidad era muy fácil pero hasta que no me vi bien asegurado no me atreví a dar ese paso y me costó un rato asegurarme porque la grieta se “enromaba” (nueva palabra para la RAE) y era difícil dejar algo bien puesto. Creo que puse un Camalot 3 pero no estoy seguro. Dos pasos más y llegas a la reunión.

El tercer largo (25m, V) es bastante divertido. Sales desde la reunión hacia la izquierda para sortear y una barriga que hay justo delante de la reunión y justo encima de esa barriga empieza una grieta perfecta para subir en bavaresa y despacito y con buena letra se puede ir asegurando tranquilamente con Fisureros y quizá también con aliens (yo creo que metí alguno).  Pasos muy disfrutones y sensación total de equilibrio y de control mas que de esfuerzo. Muy divertido, si, pero mirar para arriba acojonaba un poco porque teníamos justo delante esa gran placa llena de posibilidades. A las 5 desde la placa conmemorativa a Manolín está la reunión. Muy cómoda.

El cuarto largo (35m, V+) me puso los pelos de punta. Lo ataqué así: me subí hasta la placa y ascendí hacia la derecha para ponerme debajo y a la derecha de la gran fisura en forma de s alargada. Teniendo la fisura a la izquierda lo que te encuentras es una placa llena de regletas y de agarres bastante buenos, pequeños pero buenos. Hay tres o cuatro parabolts que no alejan demasiado, unos cuatro o cinco metros, así que ese tramo supuso cierta relajación en la ejecución de cada paso. La grieta gira a la derecha mas o menos donde acaba el último de los parabolts y, por seguir recto y a la derecha de la grieta me metí en un embolao de mucho cuidado. acabé siguiendo la línea de la grieta la cuál acaba en un techo también en grieta. Superarlo me costó muchísimo. Al igual que antes todo estaba en mi cabeza. Tuve que poner un fisurero justo debajo del techito, lo metí tan a presión que luego costó bastante sacarlo. Progresé medio metro y acojonado metí otro friend. En ese momento me di cuenta de mi error, si me hubiera ido un metro o dos a la izquierda, al otro lado de la grieta, estando dos o tres metros mas abajo hubiera llegado a una sabrosa repisa y a un parabolt blanco que ahora me quedaba lo suficientemente lejos como para ni intentarlo. ¡Mierda! Pero había que seguir. Luché y progresé otro poco más en vertical. No me atrevía a dar el paso y metí otro fisurero lo más alto que pude... Había un pequeño piquito a mi izquierda y lo cogí con la mano derecha, empotré el pié derecho en la grieta, me columpié hacia la izquierda, me abrí de piernas y puse el pié izquierdo en una repisita que había un poquito mas arriba de ese parabolt blanco. Tensión y bloqueo... Sudores fríos y miedo... Recapacitación y evaluación de riesgos… A parte de los tres cacharros del techito había un parabolt muy majete cinco o seis metros mas abajo… ¡Decisión! Respiré hondo, apunté, empujé con el pié derecho para coger con la mano izquierda un buen canto y ya estaba fuera. ¡Si no era tan difícil! Un poco más arriba estaba la reunión y ya habíamos superado el tramo que a mi particularmente más me acojonaba.
Si no recuerdo mal éste quinto largo (35m, III / IV-) me dejó mas o menos la misma sensación que el segundo, salir de una grieta para meterte en pasos de adherencia no es muy agradable y requiere mucho tacto y mucha concentración. Se sale desde la reunión por una placa hasta alcanzar un diedro que se va estrechando y sale por unos pasos de adherencia que van perdiendo dificultad hasta alcanzar la reunión.  Insisto, tacto y concentración.
En este punto nos encontramos con una pareja que estaban haciendo una variante de la vía Ezequiel y habían llegado hasta esta misma reunión. Ellos subieron por el último largo del espolón y les oímos sufrir así que nos decidimos por hacer una pequeña travesía a la derecha y salir por el último largo de la Ezequiel. Por lo que oímos a la pareja que subía, ese largo tiene dos pasos durillos uno para salir del primer techo (no se si llega a ser techo) que es jugando bien con los pies en las dos grietas y otro un poco más arriba y que no vimos como se supera. Como digo, subimos por el último largo de la Ezequiel (IV-, 35 m) y monté la reunión bajo una laja de piedra muy grande que forma una fisura horizontal que es perfecta para meter tres Friends medianos o grandes.
Después de recoger mas o menos todo el material y tras otro par de trepadas graciosas llegamos al vértice geodésico. Igual que el otro día hacía un viento frío bastante desagradable pero allí, en la cima, encontramos un mirador cubierto donde daba el solete y aprovechamos para recuperar fuerzas antes de la bajada.
Gran ascensión. Aún habiendo sufrido bastante más que en la Ezequiel creo que íbamos mas relajados, mas sueltos y mas a gusto con este tipo de escalada. Nos hemos comunicado bastante bien (esta vez nos oíamos) y yo me voy desenvolviendo mejor con los cacharros, si no atinaba con el tamaño justo a la primera lo hacía a la segunda y creo que el porcentaje de seguros que hubieran aguantado una caída ha subido hasta un 80% desde el 60 o 70% que calculé en la vía Ezequiel.
Vuelvo al momento de mayor tensión de la vía. En cosa de un metro puse tres cacharros. Un fisurero, un friend poco más arriba y otro fisurero todo lo lejos que conseguí llegar desde esa misma posición estirándome un poco más… ¿Qué hubiera pasado si hubiera caído? Pues creo que estaba bien protegido pero no estoy seguro de cuales hubieran sido las consecuencias de un penduleo brusco. Sin embargo sabía que no me arriesgaba a despeñarme porque más abajo, tampoco miré muy bien donde, había un parabolt chapado.

Ha sido un gran fin de semana y he aprendido mucho sobre la escalada clásica, sobre seguridad y orden en las reuniones y sobre colocación segura de cacharros y no quiero ser egocéntrico pero también sobre mí, sobre como reacciono y enfrento cada problema, sobre como puedo relajarme, concentrarme y conseguir la templanza necesaria para visualizar el movimiento y dar un paso de fe o sobre como administrar mis fuerzas… Volver a casa en un estado de completa relajación no tiene precio. 

Y aún me dura.

TMWMT :: JxXx

No hay comentarios:

Publicar un comentario