sábado, 27 de abril de 2013

Cuba: diario de viaje (día 14)

-- 5 de abril de 2013 --
(Escribe Gema) 

La última noche en esta maravillosa isla. Hoy hemos quedado temprano para desayunar, a las 7.30 que es muy pronto, pero también nos acostamos muy pronto. Hemos sido los primeros. Al terminar hemos visto que no había casi nubes y que ya hacía calor. Hemos visto muchos peces en el agua desde la terraza del restaurante El Farallón y hemos ido a por pan para darles de comer. Se han tirado todos a por la comida, ¡qué fieras! 

Luego los chicos han pensado en ir a hacer snorkel. Juan se ha llevado pan en una botella para darles de comer cerca, pero no ha funcionado muy bien. 
Acaban de volver, hemos quedado en el jacuzzi para que se quiten la sal. Ahora a cambiarnos de ropa y a salir en dirección a Santa Clara a ver la estatua del Che y a solucionar lo del coche. 
Llegamos a Santa Clara sin mucha complicación. Pero una vez allí tuvimos que preguntar varias veces. Primero subimos al lomo del Capiro donde había dos banderas, la nacional y la del 26 de julio y un monumento por la toma de la ciudad. Como pensábamos que ahí estaría el monumento al Che nos fuimos y seguimos buscando.
Llegamos a la primera rotonda donde nos desviamos por primera vez y cogimos otra salida. No lo teníamos muy claro y preguntamos. Estábamos en una carretera de circunvalación y debíamos seguir por ella. Después de preguntar otras tantas veces, por fin vimos a lo lejos la estatua del Che. Es enorme, impresiona y en un mural a su derecha se transcribe la carta que le mandó a Fidel Castro cuando abandonó Cuba para seguir con la Revolución fuera de la isla. 
Detrás de la estatua está el museo donde descansan sus restos y hay otra sala museo que cuenta los fragmentos más importantes de su vida. Allí no se puede entrar ni con cámaras ni con bolsos o mochilas, así que entramos de dos en dos para no volver al coche a dejar las cosas, ni a una señora que te las cuida si quieres. 

Bueno, antes de subir a ver la estatua pasamos por Cubacar, estábamos bien de tiempo, pero “esto es Cuba” Fue fácil encontrarlo, también nos indicó alguien que nos pidió dinero y parecía bastante pobre, algo que nos sorprendió. 

Llegamos y estaba abierto, nos atendieron muy amablemente y pudimos alquilar el coche otro día más. Al salir otros dos hombres mayores nos pidieron para comer. Había más cosas por ver en Santa Clara, como el tren blindado o los murales, pero la ciudad nos empezó a dar mal rollo y nos fuimos de allí. Definitivamente los pueblos y costas de Cuba son lo mejor, las ciudades grandes son muy agobiantes. 

Fuimos en dirección a Playa Coral por la autopista, ya habría alguna gasolinera para comer… y así mismo fue. Lo que no nos esperábamos es que estuviera en la mediana y el desvío estaba a la izquierda. Menos mal que Juan lo vio a tiempo. Había un rapidito y pedimos pizzas y bocadillo, pero de rapidito poco… tardamos casi una hora en comer. 

El camino a Playa Coral fue bastante rollo y fuimos medio dormidos. Además no estaba bien indicado y cogimos una salida con unas carreteras bastante malas. Hasta que llegamos a la carretera que une La Habana con Matanzas y Varadero. Matanzas parece una ciudad más bonita y arreglada, pero no nos detuvimos y fuimos a buscar Playa Coral. Preguntamos a un chico que cómo se iba y nos preguntó si le llevábamos, pues que nos indique dentro del coche! Nos dijo como llegar y que él se bajaba antes. Nos dijo que lo mejor era quedarse en una casa PARTICULAL. 

Bueno, una vez allí llovía bastantes y preguntamos disponibilidad en el campismo hasta que vimos cómo era el bungalow… estaba hecho polvo y no teníamos sacos de dormir. Había dos literas muy viejas y con unos colchones todavía más viejos y con mucha guarrería. Total que nos fuimos a buscar una casa particular. 

La primera en la que preguntamos estaba completa, pero nos dijo que iba a llamar a una vecina. Al momento llegó Olga y nos llevó a la casa de su hermana que estaba de misiones en Ruanda, era médico. Como solo tenía una habitación llamó a Zunilda, que tenía otra en la casa de al lado. Estaban bastante bien y nos quedamos por 20 CUC con desayuno. 

Una vez metimos las mochilas nos fuimos a tomar algo y cenar. Anduvimos un poco hasta encontrar una terracita en frente de un supermercado. Había cubanos comiendo, buena señal. Nos pedimos 4 cristal y luego unas pizzas que estaban buenísimas. Después a la habitación y a dormir, que había sido un día muy largo.

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