sábado, 27 de abril de 2013

Cuba: diario de viaje (día 11)

-- 2 de abril del 2013 --
(Escribe Juan)

Noche horrible de mosquitos, se cebaron con nosotros. Desayunamos en cuanto pudimos porque tuvimos que esperar a que llegara María en la guagua y los alemanes y los polacos ya estaban en su mesa y los atendió primero. Luego llego un grupo de gente, entre ellas Juan Ernesto, un chico músico con el que había hablado la mañana anterior. Traían instrumentos, dos guitarras, unas maracas (güiras) y un contrabajo. Resulta que era el cumpleaños de Ernesto y querían anunciar una fiesta que iban a celebrar esa noche. Uno de ellos, juraría que se llamaba Roberto, nos pidió una canción y yo dije que Hasta siempre Comandante y después pidieron otra canción y pedimos la de Cha Cha Cha. Luego cantaron varias canciones más entre ellas Playa María y sacaron a María abailar… en fin, que el desayuno fue ameno y divertido. Al pagar Adis, la otra camarera nos dijo que no podíamos irnos de Cayo Coco sin ver Playa Pilar, una de las mejores playas del mundo. 

Total que fuimos a Cayo Guillermo, a Playa Pilar y efectivamente es una de las 8 playas mejores del mundo, allí pasamos la mañana. Nos sentamos en una tumbona entre dos grupos de personas y esperamos a que nos vinieran a cobra pero probablemente se pensaron que ya nos habían cobrado y por supuesto no fuimos a pedir que nos cobraran. 
Paseamos por la playa y Raúl y yo nos pusimos las gafas y buceamos un poco. Volviendo de nuestro buceo vimos de cerca, casi al alcance de la mano, una barracuda de buen tamaño (quizá un metro de largo). Luego pedimos unas cervezas, a excepción de Gema que prefirió un coco. 

De playa Pilar hay que decir que si que podría ser un de las playas más bonitas del planeta, aguas color turquesa, dunas largas, poca gente (hasta que llegaron varios autobuses desde hoteles cercanos…) ciertamente hicimos genial en ir a verla. 
Recogimos y en la gasolinera a la salida de Cayo Coco nos tomamos unos bocaditos de queso y unas pizzas de chorizo y queso. 

Luego pasamos por Morón porque queríamos ampliar el alquiler del coche, pero al llegar a la oficina de Cubacar el encargado nos pidió que lo hiciéramos más adelante porque tenía problemas con un coche y la policía (había allí varios coches de policía y parecía que tenían jaleo), así que nos fuimos. 

Camino de Caibarién nos perdimos un poco en Yamejaguey? Nos paramos en un puesto de guarapa a preguntar y nos tomamos unas guarapas que no es otra cosa que el jugo de caña obtenido mediante una prensa mecánica. Allí hablamos un poco con el guarapero y con un hombre de 96 años que pasaba por allí “mi primera mujer se la llevé a un teniente” nos dijo, “después se la llevó uno que vino de La Habana” Gema por fin probó la caña de azúcar. 

Luego después de un rato largo de carretera llegamos a Caibarién y, bueno nos llevamos una decepción porque nos esperábamos un pueblecito pesquero como La Boca, pero Caibarién es una ciudad pesquera no demasiado grande aunque sí muy humilde y, eso sí, escaseaban las casas particulares. 

Dimos varias vueltas por la ciudad y al final dimos con un hostal, hostal Virginia. Cabe destacar que por 8 CUC cada uno nos preparó una cena espectacular con langosta, camarones, sopa de perro (sopa de pescado y verduras) arroz con frijoles, ensalada, plátano frito… todo fresco y sabroso y en abundancia.

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